Mi despedida como maestro


Mi despedida


Ha llegado el momento de decir adiós, y el mejor medio para ello es nuestra revista  “Algarabía”. Tengo que deciros que me siento orgulloso de haber llegado hasta aquí y doy gracias a Dios por permitírmelo.
Han sido treinta y seis años dedicados a la enseñanza, de los cuales treinta y tres  en nuestro Colegio. Seguro que en más de una ocasión os echaré de menos, porque son muchas las vivencias que hemos compartido.
Tengo en el recuerdo aquel primer curso al que di clase en 1977 cuya lista comenzaba por Félix Alamillo y terminaba con Josefa Elisa Suárez. Todos ellos lejanos en el tiempo pero cercanos en mi corazón. En este curso del 2010 la lista de mis alumnos la inicia Eduardo Arévalo y la termina Daniel Tejero. Entre la primera y la última han pasado muchos alumnos a lo largo de estos cursos; a  todos  os tengo presentes en estos momentos del adiós. Quiero deciros a vosotros, mis alumnos, que ha merecido la pena dedicarme a esta profesión, que siempre me  he sentido bien pagado con el cariño que me habéis mostrado, dentro y fuera del Colegio, y por supuesto orgulloso de vuestra actitud hacia mí.
A mis compañeros os doy las gracias porque me habéis dado vuestra amistad y cariño. Muchos sois los que habéis pasado por el Colegio, en unos casos la estancia ha sido breve, en otros más duradera, pero con todos he trabajado muy a gusto. Animaros a que sigáis trabajando como lo estáis haciendo porque nuestra profesión lo merece. 
Tengo que nombrar en este capítulo a “la vieja guardia” Mª Josefa, Isidro, Francisco, Miguel, Cándido, Paco, Liborio, Paqui, porque nosotros además de compañeros y amigos durante muchos años hemos sido como una familia.
Mención especial para aquellos que nos dejasteis siendo jóvenes: Felipe Jesús, Mercedes y Pepe.
A ti Elena te deseo lo mejor. Que sepas vivir esta nueva etapa que los dos comenzamos.
Al resto de la comunidad educativa agradeceros vuestra participación y ayuda, cuando ocupando cargo directivo os la solicité. A vosotros padres, os animo a que estéis siempre alerta en lo que respecta a vuestros hijos, la educación es una obligación, que por el hecho de ser padres tenemos, y ésta empieza en la familia. Sin vuestra ayuda los maestros estamos perdidos y vuestros hijos más. Así pues colaborad todo lo posible con el Colegio.
Por último dar las gracias a mi familia,  que siempre me ha apoyado, que han estado a mi lado, animándome en los momentos difíciles y alegrándose en los buenos, y muy especialmente a mi esposa.

                                          Una abrazo para todos